¡Hola! Hoy os cuento cómo fue cada momento vivido en el Campeonato de España de triatlón de media distancia Half Triathlon Pamplona 2017. Cada competición en la que participo, siento que es como si fuese la primera, y cada una la vivo de una manera muy diferente. Este sábado costó mucho meterse en carrera. Muchos nervios e inseguridades, ¿Cómo vencer estas situaciones?
Half Triathlon Pamplona 2017
Este año, la planificación de la temporada la hice conjuntamente con Jose y con mi equipo. La idea es participar en el Circuito de la Copa de España de triatlón de Media y Larga distancia, y además intentar que las chicas del Triatlón Clavería de Móstoles lográsemos subir al pódium por equipos.
El Campeonato de España de Media Distancia cambiaba no sólo de ubicación, si no que también se adelantaba un mes este año. La ciudad elegida Pamplona. El Half Triathlon Pamplona – Iruña. Me habían hablado maravillas del triatlón de esta ciudad , y una vez hecho, no es para menos. En el norte saben muy bien cómo organizar las pruebas. Recorridos por parajes increíblemente bonitos y su gente que te hace sacar fuerzas cuando apenas crees que te quedan.
Como cada viernes, impartí mis dos clases de bici y ya sentía cierto cosquilleo en el estómago. Recogimos todo y pusimos rumbo a Pamplona. Esta vez Jose no participaba, lo que para mí, creáis o no, es un alivio. Cuando siento tanta inseguridad ante una prueba, saber que él está de apoyo, cuidando cada detalle para que no me olvide de nada y saber que estará en ciertos puntos para lanzarme un grito de ánimo…eso me tranquiliza.
Llegamos a tiempo para ir a la Plaza del Castillo de Pamplona. Un aplaza imponente que estaba ya cubierta con carpas, triatletas y acompañantes merodeando por la zona. Recogí el dorsal, acudí a la charla técnica con idea de conocer mejor los circuitos. Pero me había estudiado la guía de la prueba y estaba todo claro, a priori.
Cenamos con el resto del equipo Clavería de Móstoles que habíamos ido como en familia. La verdad es que sentirse parte de una gran familia es un plus que me hacía falta después de tres años como independiente. Sobre todo estar rodeada de gente tan buena, que te aporta y con los que te sientes realmente bien.
La prueba, el Half Triathlon Pamplona 2017, daría comienzo a las 2 de la tarde del sábado.
Por un lado esto está bien porque no te pegas el madrugón de otras pruebas. Pero por otro lado, la agonía y nervios por empezar se acrecientan a medida que van pasando las horas.
Dormí relativamente bien, aunque sudé mucho. Desayuné como siempre y subimos a la habitación a relajarnos un poquito. En estos casos, suelo aislarme un poco de todo a través de la música. Repaso mentalmente buenas sensaciones que he tenido en otras pruebas. También hago mis estiramientos de Yoga concentrada en controlar una respiración pausada y profunda. Hay que calmar esos nervios que recorren el cuerpo.
No dejaba de ir al baño, y consecuentemente, aumentar la ingesta de agua para no deshidratarme antes de tiempo. No sé qué me pasaba que sentía más inseguridad de lo normal. Llamé a mi padre, a mi madre, en busca de esa voz que me infundiese algo de paz y calma. No me encontraba como me hubiese gustado, pero se fue pasando poco a poco relativamente.
Para colmo, la regla estaba apunto de aparecer (como así fue), pero bueno, son cosas que pasan. No le di importancia.
A las 11 y poco, con todo preparado y revisado, pusimos rumbo hacia el embalse de Alloz, a unos 35 km de la ciudad. Un emplazamiento sencillamente precioso desde donde daría comienzo la prueba y estaba situada el área de transición T1. Llegar hasta allí nos llevó un poquito más de tiempo de lo esperado, pero íbamos con margen.
Tuve que improvisar por segunda vez un baño para poder hacer un pis, por décima vez en lo que llevaba de mañana. Recogí todos mis bártulos y me fui a dejar la bici y la bolsa de transición natación –bici a la zona de boxes. La transición sería larga. Una rampa divertida desde la salida del embalsaje, que recorría el camping hasta llegar a boxes.
Me encontré con Ruth Brito, qué ganitas tenía de verla. Charlamos un rato de nuestras cosas. Esta mujer es sencillamente inspiradora.
Ya quedaba poco. Estaba con mis compis de equipo, Anita y Mónica, unas auténticas máquinas. Mi objetivo en el Half triathlon Pamplona era poder puntuar y conseguir que pudiésemos hacer pódium por equipo. Sabía que sería la última de las 3 en entrar en meta y que no podía perder tiempo para no quedarme fuera de corte. Creo que eso me provocó más nervios de lo esperado.
Jose me instó varias veces a que me fuese a calentar, pero se me echó el tiempo encima. Me metí a probar el agua, que estaba muchísimo más fría de lo esperado, y a los segundos nos mandan salir. “Mierda, no he calentado, y encima ahora nos toca espera hasta que salgamos”. Entonces me saluda Dolça Ollé, una de las mejores triatletas del momento, y que sin duda, me inspira profundamente. Una máquina.
Las primeras seríamos las chicas élite, y parecía que todo estaba en orden y bien señalizado.
A pies del embalse estábamos todos los triatleta observando hacia el infinito, cierto murmullo nervioso, apenas quedaba 5 minutos para que diese comienzo la 3ª edición del Haf triathlon Pamplona.
Foto de Miguel Osés – Diario de Navarra
Antes de empezar, dejaron 3 rosas en el agua y mantuvimos un minuto de silencio por los 3 compañeros que la semana pasada fueron víctima de un accidente de una conductora borracha que decidió dejarles sin vida. Pensé muchas cosas entre ese silencio absoluto.
Half Triathlon Pamplona 2017 – Natación
SALIDA 2:00 pm. Ahora sí. Como no soy gran nadadora, siempre procuro salir un poquito al final. Primeros metros bien, pero a los dos minutos algo empieza a sucederme que no sé cómo manejar. Apenas siento las piernas, no se mueven , están como dormidas y no responden. Mis brazadas se vuelven muy torpes y empiezan a pasarme las chicas con las que podía haber cogido grupo. Me empieza a entrar cierto pánico por no ser capaz de responder con un nado seguro, antes bien al contrario. Una nube de pensamientos totalmente negativos comienzan a sucederse y siento que no soy capaz de hacer la natación.
Foto de Miguel Osés – Diario de Navarra
Estaba totalmente fuera de carrera, falta de atención. No hay nada peor que la falta de concentración. Levanto varias veces la cabeza para conseguir coger aire y tranquilizarme, pero sigo sin sentir un nado cómodo. Aún ni había llegado a la 1ª boya situada a unos 400 metros.
FirmemeNte empiezo a darme auto consejos: “ Venga Isabel, respira suave, busca tu ritmo suave y controlado. No pienses en nada más, solo en ti y en tu carrera. Vamos a salvar la natación poquito a poco”. Y asi fue, volviendo a dirigir la atención en cada respiración, en cada brazada logré mínimamente nadar más continuado, sin aún sentir que el cuerpo respondía.
Siempre me meto a calentar antes y esta vez, fue sin duda un fallo. No sé si las sensaciones hubiesen sido las mismas, pero sí sé seguro, que tenía que haber calentado para evitar ese pico de pulsaciones que te supera en la salida.
Bueno, 2ª boya, 3ª, y de ahí directos al pontón de salida. Pero no lo veía claro, no conseguía orietarme como otras veces, y como estaba más sola que la una, la cosa se complicaba. Al poco ya empiezan a aparecer los primeros élite masculinos ( lo sé por el color del gorro) y decido fijarme en la senda que siguen.
“ Venga Isa, ya está ahí, no queda nada”. Y cierto, en menos de lo imaginado salgo del agua encarando esa cuesta de la muerte hacia la carpa de boxes. Sabía que había hecho una natación pésima y eso merma un poco las ganas. De hecho, salió una media de 1´50´´ /100 m, vamos 15 segundos más de lo normal cada 100 metros.
Me saco el neopreno torpemente, con cierto enfado conmigo misma. Me coloco el dorsal, el casco y cojo las zapas para ir corriendo a por la bici y dejar atrás todo ese mal rollo.
«Bueno, Isa, ahora no pensamos más en la ntación y vamos a concentrarnos en hacer una buena bici. Concentradita, disfrutando de la oportunidad de estar aquí y con inteligencia suficiente para bajarte a correr bien.», es lo que me decía.
Half Triathlon Pamplona 2017 – Ciclismo
La salida del embalse contaba con bajadas un técnicas, curvas de herradura, cerradas y en las que había que estar muy atento e ir con cuidado. De hecho, en una de las bajadas en curva, veo cómo un chico sale disparado al chocarse con un pequeño muro. Me dejó impactada. Había que ir con cuidado.
Foto del gran Imanol Mújica
El recorrido era lineal, desde el pantano hasta la Plaza del Castillo en la ciudad de Pamplona. Esto significa que en ningún momento me cruzaría con nadie de vuelta, y no tenía referencia alguna de mi situación. Intuía que bastante atrás respecto al reto de chicas. Pero esta vez, anulo fulminantemente todo pensamiento negativo.
Ahora sí, costó pero me metí en carrera. Me repetía un mantra constantemente: “ Isa, sin prisa pero sin pausa”. Iba bebiendo cada 10-15 minutos, cumpliendo con el plan de alimentación para no bajar vacía a correr.
El triatlón de media y larga distancia es un deporte solitario. Te encuentras con tus sensaciones, saboreas la oportunidad de descubrir sobre tu bici lugares realmente bonitos que de otra forma quizá no vieses nunca, y por eso es tan importante ese control de nuestra cabecita.
Pese a lo solitario de este deporte, sentir los ánimos del resto de triatletas que sin conocerte te lanzan gritos de ánimo es sencillamente una sensación muy bonita. Gracias a todos y cada uno de ellos que me animaron durante el segmento de bici.
Bueno, seguíamos en el segmento de bici de sube y baja, rompepiernas nivel superior. 85 km con 1.100 metros de desnivel no está mal eh?. Por eso sabía que debía controlarme para correr un poquito mejor que el pasado triatlón de Orihuela.
Antes del primer avituallamiento veo a dos chicas, y esta vez sí arriesgo a apretar para poder acercarme a ellas. Veo que me siento fuerte como para adelantarlas y mantenerme fuerte para marcar las distancias.
Era mi única oportunidad, al resto ni las vería.
Voy poquito a poco, repitiéndome ese mantra constantemente, con la atención puesta en las sensaciones y en no dejar que mis piernas se cansasen.
Presumía nos estábamos acercando ya al final de la bici y reviso que todo está ok, sigo bebiendo y tomo un último gel a unos 10 km antes de llegar a Pamplona.
Los kilómetros finales eran una broma, porque las rampitas con las que te encontrabas daban un poco por saco a estas alturas. Había conseguido sobrepasar a otra chica, que luego me adelantaría corriendo. Pero daba igual, eso significaba que había ido recortando poquito a poco en la bici.
La llegada al centro es de estas que te pone los pelos de punta. La “Subida del Castillo” encarabas ya los últimos metros por la calle de la Estafeta hacia la zona de transición.
Foto de Foto tri. Gracias 🙂
Una última subida en la que había que ponerse de pie y arañar cada uno de esos metros. La energía de la gente se dejaba sentir y te empujaba aún más fuerte antes esos últimos metros. Escucho mi nombre varias veces y me arranca una sonrisa. Veo a Jose, y me tranquiliza saber que él estará por allí.
Half Triathlon Pamplona 2017 – Carrera
La transición fue muy rápida esta vez. Cambio el chip de manera casi automática, y repaso mi estrategia de carrera. Eran 3 vueltas de unos 7 kilómetros, de manera que la primra me la había planteado como vuelta de reconocimiento y de establecer un ritmo que pudiese controlar.
Los primeros metros por el centro histórico invadido por familiares, gente de la zona, todos dándonos ánimos hace que la situación al menos, sea más atractiva. Voy concentrada en marcarme un ritmo sostenible que no me merme.
El recorrido es variado y las empinadas bajadas creo son peores que las subidas. Sales del centro histórico y te adentras en una zona más llana, en un parque con sombras que te dan un respiro al calor que hacía, no demasiado pero que podía minarte si no te habías hidratado bien en la bici.
Se aproxima el final de la primera vuelta con esa pedazo de cuesta de la “ Subida del Castillo” en la que veías como muchos tenían que parar a caminar. Me había prometido no pararme ni un segundo. Bajé el ritmo pero seguía marcándolo en mi cabeza, «al tran tran». De pronto, alguien me abraza por detrás y me da un beso en la espalda.
No podía ser otra. Era Ruth, Ruth Brito; acabado su 2ª vuelta. Con su sonrisa y sus ánimos siempre, de esas personas que solo emanan luz muy bonita. No sabe el chute de energía y motivación que me dio para poder correr los 14 kms que quedaban aún. Estaba en su carrera, iba primera y tuvo el amor de pararse a abrazarme y darme fuerzas. Sólo podía ser ella, y demuestra qué persona tan marvillosa es.
Se alzó con la victoria , Campeona de España de Triatlón de Media Distancia haciendo una carrera digna de honores como me comentó Jose.
Foto de Miguel Osés – Diario de Navarra
Pero a mí aún me quedaban dos vueltas más. Veo a más conocidos y amigos animándome y me siento bien para seguir por lo menos con ese ritmo. La cabeza estaba en orden porque estaba concentrada en una única cosa, correr. Sabía que no podía ir demasiado rápido, pero sí por lo menos no bajar el ritmo. En una de las zonas, del parque, veo a Eneko Llanos (el marido de Ruth, y uno de los mejores triatletas españoles de toda la historia y que nos ha dado muchas alegrías) y me da ánimos. Madre mía, como para venirse abajo, eso no tenía lugar.
Segunda vuelta perfecta y ya solo quedaba una. Eso siempre te da un subidón increíble. Salgo con alegría de la plaza para enfrentarme a los últimos kilómetros. Quería haber apretado en la última vuelta, pero con tanto sube y baja me resultó difícil mantener un ritmo más rápido y estable. Pero ahí iba, las piernas bien, no tenía sed, no sentía molestias. Ya estaba hecho y no me iba a queda rfuera de tiempo de corte marcado por Ruth.
4ª y última vez de esa subida del castillo. Voy decidida, con ritmo suave pero sin parar, bailando al ritmo que marcaba mentalmente. La calle empedrada de los encierros anunciaba los últimos metros por esas calles, y me siento bien.
Un poquito de subida más y ya estábamos ahí. Habíamos atravesado un nuevo arco de meta, esta vez, el Half Triathlon Pamplona – Iruña.
En meta veo a Ruth que estaba feliz. Nos abrazamos, comentamos cómo había vivido ella esa carrera y todo el esfuerzo que hay detrás de una triatleta no profesional, mamá, trabajadora, y que como muchas tiene que hacer un tetris para organizarse para sacar sus horas de entrenamiento. Y allí estaba, campeona. Creo que no había nadie allí que lo mereciese más.
Luego estuve con otra triatleta a la que admiro muchísimo, María Pujol, comentando también cosillas de la carrera e intercambiando sensaciones.
Y por fin, veo a Jose. Ya estaba hecho, objetivo cumplido esta vez. Así es como viví este Half Triathlon Pamplona – Iruña .
Tocaba reunirse con el resto de compis, contarnos nuestras batallitas particulares ero sobre todo, sentir la alegría de cada uno de nosotros.
Las chicas del Triatlón Clavería de Móstoles conseguimos el 2º puesto élite femenino de Clubes en el Campeonato de España de media distancia 🙂 , con lo que sí que el objetivo estaba más que cumplido, y ahora sí, me sentí totalmente tranquila.
Gracias Mónica por acercarte, me hizo muchísima ilusión. Enhorabuena por ese carrerón y todas mis fuerzas para tu Ironman en tierras galegas
Como siempre, dejo pasar un par de días para analizar cada cosita que sucede y de la que voy aprendiendo. En este caso, costó, pero finalmente conseguí meterme en carrera y poner atención verdadera en lo que estaba haciendo y disfrutarlo.
La segunda lección que ya sabía pero que esta vez no gestioné bien, dedicar el tiempo necesario para calentar. Es la mejor manera de comenzar a ponerte en situación, calmar tensiones, y preparar al cuerpo.
El domingo tuvimos que venirnos porque me tocaba trabajar en el gym, pero ahora ya con la mente puesta en recuperar bien esta semanita y pensar en la siguiente. La próxima jugamos en casa.
Como os decía en Instagram: » Cuanto más entreno y más compito, más consciente soy de lo importante que es estar presente al 100% en lo que se está haciendo; esta a lo que hay que estar».
Hasta entonces, «sin prisa pero sin pausa».
Muchas gracias por leerme y vuestro apoyo incondicional que tanta fuerza y energía me da.