Hace mucho tiempo que no relato la crónica de lo vivido en una competición; pero también es cierto que, la última prueba que disputé fue antes de la pandemia, en el Cto. España de Media Distancia en Ibiza en octubre 2019.
Después de tantísimo tiempo y tantos cambios en nuestras vidas, volvemos a sentir los nervios de las pruebas como si fuese la primera vez. Quizá por eso este Triatlón de Portocolom 2021 sea tan especial.
** Gracias a Biel Adrover- FOTOBOC por permitirme usar parte de su trabajo fotográfico. Tenéis todos los álbumes de fotos disponibles AQUÍ.
El Triatlón de Portocolom ( Mallorca) celebraba este año su vigésimo tercera edición. Es uno de esos triatlones de los de toda la vida. Jose , que ya lo había hecho en un par de ocasiones hace años, llevaba tiempo queriendo volver, sin embargo siempre coincidía con la primera prueba de la temporada del circuito de la Copa de España.
Pero este año sí, un calendario diferente y esta sería la primera prueba después de un año y medio para volver a sufrir los nervios de la competición.
A priori os digo que, con todo lo que estamos viviendo en el último año, no he vuelto a sentirme competitiva; No son muchas las sesiones en las que acabo con la sensación de haberlo hecho bien, y eso provoca que en ciertos momentos sientas cierta frustración. El hecho de estar continuamente auto- motivándome, no voy a negar que supone un desgaste enorme para mí, pero he tratado de hacerlo desde otras perspectivas buscando siempre los pequeños avances que voy consiguiendo en cada entrenamiento , pese a que los números digan lo contrario.
Llegaba a la semana de la prueba de este Triatlón de Portocolom con los mismo nervios que mi primera vez , salvo que las distancias poco se parecen. Un triatlón distancia Sprint frente a una distancia especial : 1 km de natación + 100 km ciclismo ( 1600 desnivel positivo, poca broma eh? ) + 10 km de carrera a pie.
Volver a Competir tras la Pandemia
Sin duda una distancia bastante buena para retomar.
La semana previa ya empecé con pesadillas tipo : soñar que se me olvidaba el neopreno, por ejemplo. Pero sobre todo, mucha incertidumbre de cómo responderían mi cuerpo y mi cabeza.
Pero esa era precisamente la idea: Conocer el estado actual , saber desde qué punto parto, y a partir de ahí poner en marcha la maquinaria para ajustar todo lo necesario.
Viajamos el viernes por la mañana. Nos gusta ir con tiempo suficiente para poder tener todo bajo control en la medida de lo posible, ante posibles imprevistos, además de descansar bien antes de la prueba.
Era la primera vez además, que viajábamos con las bicis en avión ( normalmente lo hacemos con una agencia de transportes especiales que acuden a las pruebas más relevantes), y eso era un factor extra de estrés por si llegaban en condiciones.
Llegamos con mucho tiempo de margen, tanto que disfrutamos de un desayuno y algo de relax en la zona Vip del aeropuerto, cortesía del jefe, que esta vez fue él quien se encargó de gestionar absolutamente todo el viaje para restarme el estrés que ya de por sí traigo de serie.
Mallorca no nos recibió con un tiempo estival, sino el tiempo de “ Abril aguas mil”. Muy nublado, lluvias intermitentes , humedad y frío. Los ingredientes perfectos para que se te quiten las ganas.
Instalados, fuimos a comer algo, preparar las bicis y por la tarde una carrerita de 30 minutos. El glúteo izquierdo seguía quejándose.
Esa noche fuimos pronto a la cama, a descansar y restar los nervios típicos viendo una peli y tratar de dormir lo máximo posible.
La mañana del sábado nos recibía el tiempo exactamente igual que el día anterior. Queríamos mover las piernas y comprobar que las las bicis estaban bien. Nos abrigamos y salimos a rodar por parte del circuito.
La cosa pintaba iba a ser muy divertida. Las típicas carreteras con subes y bajas..tan pronto sientes la velocidad como que te ves frenado y bajando el plato porque tienes una rampita curiosa… Eso sí, los paisajes, los olores del campo …es todo tan bonito que sólo por disfrutar de eso merecía la pena.
Hicimos unos 40 kilómetros, sin llegar a subir a la Hermita de , lo que se supone es el plato fuerte del Triatlón de Portocolom…Ya tendría tiempo para disfrutarlo y sufrirlo el día de la carrera.
Como siempre, comimos tranquilos y para mover las piernas anduvimos hasta la zona de recogida de dorsales para poder tener la tarde más libre y hacer todo con tiempo .
La meteorología el sábado por la tarde, no acompañaba desde luego, y ya empezaba a temer una lluvia durante la prueba y el frío consecuente que suelo pasar.
Pese a los nervios que sufrí durante toda la semana, no os podéis hacer una idea, empezaron a desaparecer y sólo pensaba en el objetivo principal de esta prueba: disfrutar, poder correr sin molestias y volver a sentir la competición… Lo sé, no era algo demasiado ambicioso, básicamente porque, no quería sumar más presión a una situación que en estos momentos sentía me venía grande.
Tenía todo listo y lo único que me preocupaba era el tiempo que tendríamos el domingo; tenía preparado maillot y guantes por si el día no pintaba bien.
Pero vamos a lo que nos ocupa, la COMPETICIÓN.
Triatlón de Portocolom 2021
Amanecimos a las 6:15, desayuno sencillo como siempre, vestirse, ir al baño, revisar todo y al lío. Me sentía tranquila y con mucha ilusión de poder tomar ese linea de salida, sólo quería disfrutar sin más.
La primera salida era a las 8:45 am ( buena hora y unos grados más). Era salida “Rolling Start”; esto es, íbamos saliendo de 4 en 4 cada 5 segundos.
No me metí . probar el agua porque, conociéndome, cogería frío hasta la hora de la salida, pero sí calentamos un poco fuera ( trote suave, movilidad ).
Y ahí estábamos, las chicas, compartiendo esos nervios previos y al mismo tiempo la ilusión de poder estar allí, quedaban pocos minutos para lanzarnos a por esos primeros 1000 metros de natación.
Y zas!!!! Al agua. Estaba fría pero no como para paralizarme o recibir ese primer shock, de modo que empecé a batear bien las piernas y coger ritmo ( yo pensaba iba súper bien de ritmo, aunque realmente no fue así). En todo caso, cogí un ritmo que me resultó podía mantener bien, y nadé sin ningún altercado, ni cruce con ningún otro atleta. Veía que pasaba gorros de otros colores, que habían salido antes, y seguía a mi ritmito. Encarando los últimos metros para la salida del agua y primera transición.
Suelo ser rápida en las transiciones, pero esta vez me lo tomé con calma, no porque quisiera, sino porque fue un poco desastre.
El tiempo aún estaba bastante regular: cielo muy oscuro y húmedo, y no quería arriesgarme a sufrir el frío y el síndrome de Reynaud en mis manos durante los 100 km de bici. Me puse los calcetines con toda la calma, y decidí ponerme los guantes ( largos, unos que uso para correr). La virgen!!! Con las manos mojadas incapaz de ponerlos de manera rápida, pero bueno.
Salí de la transición ( por supuesto, no sé ni cuándo di al botón del Garmin para los cambios…voy a mi rollo en ese sentido) y ahora venía el plato fuerte. La bici.
El primer tramo, lo conocía del día anterior, y al ser dos vueltas de 50 km, no quería cebarme en la primera porque lo pagaría después. Como se dice en el mus, “al tran tran”… tampoco hubiese podido apretar mucho más, las cosas como son.
Como sólo podía pasar a alguien novato, llené demasiado el portabidón integrado de la bici. Por supuesto, con el compuesto de Hidratos y su consecuente textura pegajosa. Pues, aquello, iba salpicando todo el rato… me di cuenta que mis piernas empezaban a lucir un brillo curioso, que la horquilla de la bici estaba impregnada del líquido… muy divertido..y todo por llevarlo demasiado lleno. Este hecho, provocó que me desconcertase un poco, pero es que, me molestaba ir así.
Bueno, antes de terminar esa primera vuelta había que subir a ese famoso puerto de 4 kilómetros… y qué 4 kilómetros… creo que tardé más en bajar que en subir. Y la subida era muy muy graciosa.
Una carretera muy angosta e infinidad de curvas de 180 º como situadas al azar sin un orden que pudieses adivinar. Subíamos y bajábamos por el mismo lugar, de modo que había que ir atenta no te comiese un kamikaze en la bajada. A poco de coronar esa subida, Jose se cruzó conmigo en la bajada. Como siempre, verlo y sus ánimos me dan un chute extra de energía que ni un gel o todo el que ya había bebido del porta-bidón pueden superar.
Ay la bajada… soy muy miedosa en bajadas de este tipo, no os lo voy a negar. Hacía frío y creo que hasta podía haber quemado las pastillas de freno de lo mucho que frenaba. Tal es así que las manos y la zona dorsal las llevaba tensas, rígidas e incapaz de poder realizar una contracción más . El último kilómetro, más recto, se podía sentir el aire frío y empecé hasta tiritar un poco… no duró mucho.
Llegamos de nuevo a Portocolom para dar el giro e iniciar la segunda vuelta. Escuche mi nombre en varias ocasiones y sabía que era mis chicas del Grupo de Entrenamiento que se había acercado a vernos. Y aunque apenas gesticulé, por dentro se formó un enorme sonrisa.
Segunda vuelta, y esta vez ya coincidimos con los participantes de la prueba corta. Seguía manteniendo los ritmos cómodos de la primera, que todavía había que volver a subir ese puertecito y luego correr…y esas no las tenía todas conmigo. El glúteo izquierdo y la inserción del isquiosural, llevan meses dando guerra.
Ahora empezó a abrirse el cielo, se sentía más el claro del sol y todo se veía un poco diferente. Eso me hizo sonreír varias veces, también el acordarme de mis deportistas, que sabía estaban pendientes de cómo estaríamos haciéndolo Jose y yo. Me acordé también de mis padres y mis sobris… y de mis abuelos, que siempre tengo momentos para ellos en estas pruebas.
Seguíamos sumando kilómetros y ya con ganas de volver a subir por segunda vez ese puerto, pues eso indicaba que ya quedaba menos para finalizar este tramo y empezar a correr.
La segunda subida se me hizo más corta, y mantuve el ritmo tranquilo para no quemarme más aún.
Pocos kilómetros tras la bajada para encarar la recta en descenso que nos lleva hasta Porcocolom. Aquí, por más que quisiera apretar, el plato del 50 no daba más de sí, de modo que tuve que conformarme con simplemente mover piernas.
Para esto también nos servía esta primera prueba, para ver todos los ajustes necesarios de la bici nueva y esas pequeñas cositas que habrá que cambiar, modificar y/o mejorar.
Bueno, rotonda, desmontarse de la bici y volver a escuchar las voces de mis deportistas… esta transición fue un poco más rápida; y digo un poco porque, esta vez sí me acordé de dar al botón del Garmin para el cambio, pero al iniciar la carrera a pie y volverlo a dar…” WTF??? Que no va, que se ha quedado “tostado” !!!??? “… con la de euros que vale el dichoso aparato y no va… no daba crédito.
Inicio la carrera con esos primeros metros en subida, y enseguida me paro para revisar el reloj de nuevo… No es que sea una obsesa de este tipo de cosas, de hecho suelo mirarlo bien poco..pero sí necesitaba tener una mínima referencia de qué ritmo llevaba… en fin… que sigo…
El isquio no molesta pero la espalda parece que se va a partir…y no será por que no he hecho transiciones estos últimos meses eh??? Tanto empuje en la bici y tanta subida hacen mella.
“Vamos no me jodas”..pensé… con lo bonita que pinta esta carrera a pie y me molesta la espalda…
Enseguida cambié el chip. La carrera, un circuito de 5 km bordeando la costa y esas calas con un agua turquesa , pinos el sol…era todo perfecto y yo había ido a disfrutar. Y eso iba a hacer. Con mi ritmo actual, lento, pero ahí iba. Había una subida graciosa también hasta llegar al Faro de Portocolom donde estaba el punto de giro.
Iba disfrutando muchísimo la verdad, las molestias de la espalda desaparecieron al segundo kilómetro, y así me concentré al 200 % en disfrutar de poder correr en ese lugar.
Enseguida me crucé con Oriol ( un chico que me animó durante la última subida), y comenzamos a correr juntos. Y así, al tran tran nos fuimos contando nuestras cosas y manteniendo un ritmo alegre. Al finalizar la primera vuelta, en la zona del puerto, ve a su mujer y a su hija ( ya me había comentado que estaban allí animándole)… bajé el ritmo y esperé que terminaran sus saludos…
( Oriol, no sé si llegarás a leer esto, porque he intentado buscarte en las redes sociales pero no doy contigo. Gracias infinitas por ayudarme. En Septiembre cuenta que te animaré en ese Ironman…).
“ Venga, sólo queda subir y bajar y ya está”… cada vez me sentía mejor, mis pies respondían con reactividad, mi cuerpo no lo sentía pesado y sabía podía correr un poco más ligera.
A kilómetro y medio de la meta, le pregunto si puede apretar más, y me dijo que apretase, que nos veíamos en meta . Se lo agradecí. Está claro que no me jugaba nada pero…después de tantos meses sin buenas sensaciones, cómo me encontraba entonces y sentir que podía ir más ágil, sólo quería comprobarlo.
Y allí estaba, manteniendo un ritmo más alegre con la sonrisa dibujada en la cara. Y la alfombra de meta… “ Ya está Isa”… y en menos de dos segundos, te das cuenta que… son esos dos segundos…
Crucé la meta feliz… feliz de haber vuelto a competir, de hacerlo en un paraje tan impresionante; de haberlo disfrutado y no haber pensado en otra cosa; feliz de haber podido correr, y feliz de que Jose estuviese allí conmigo…como cada día.
Y allí estaban Rocío y Mara para recibirme, dos de las deportistas del grupo virtual.No os hacéis a la idea de la ilusión infinita de conocerlas allí. Petra se había tenido que marchar. A ellas y a todos mis deportistas, también a los que llevo de forma individualizada, que siempre me animan, GRACIAS EQUIPO, SOIS LO MÁS.
Y ..ahora ¿qué?… con la emoción del momento, no suelo pensar demasiado. Me tomo unos días para verlo desde otra perspectiva y valorar todas y cada una delas situaciones.
Los ritmos no fueron buenos, pero contaba con ello. Pero necesitaba quitarme los nervios de volver, pues sentía cierto pánico a ello. Sé que hay que seguir trabajando, pero ahora vuelvo a tener ganas de sentirme competitiva en la medida de lo que pueda.
Mi idea era ir sin expectativas, y disfrutar. Objetivo conseguido además de otras muchas lecciones aprendidas.
También, para realizar ajustes, cambios y otras mil cosas tácticas que son importantes también , para eso están esas primeras veces.
Empieza la temporada, y aunque será bastante atípica y con más trabajo que en otras ocasiones, tengo ganas, muchísimas ganas.
Ahora sí, con mirada en el siguiente, el próximo fin de semana.
Muchísimas gracias a todos no sólo por leerme, sino por apoyarme siempre con vuestros mensajes de ánimo y fuerza; de verdad que son pura energía en esos momentos que ésta falla.
Desde aquí quiero dar las gracias a la organización del TRIATLÓN DE PORTCOLOM, por que hicisteis que todo fuese realmente increíble. Los voluntarios, los patrocinadores, los moteros, el público que estuvo increíble… Un triatlón por y para el triatletas. Gracias de corazón por hacerlo posible.
También , dar las gracias a @fotoboc por plasmar tan bien todos y cada uno de los detalles, de las sensaciones, emociones…a través de su trabajo fotográfico.
Una crónica realmente fantástica!! Me alegro mucho que te gustara el triatlón de Portocolom y muy agradecido por la mención de mi humilde trabajo ????
Espero verte el año de nuevo por aquí!! Te mando un gran abrazo!!
Isabel! Fue un gran placer compartir este Portocolom 111 contigo!! He estado leyendo tu crónica de la carrera, gracias, de verdad a ti, me ayudaste mucho en el sector de la carrera a pie, tiramos el uno del otro! Después de girar en el faro por segunda vezl te ví con un punto por encima y mi nivel de sufrimiento ya estaba en 11 sobre 10 y te merecías disfrutar de esos últimos 2.5 km a tope de power!! El 16 de Octubre toca Ironman en Alcúdia – Mallorca. Todos los ánimos serán bienvenidos! Un abrazote fuerte y muchos éxitos para el futuro. Mandame un e-mail y estaremos en contacto! Un abrazo fuerte de parte de los 3 !