LA QUEBRANTAHUESOS
Las primeras veces siempre marcan un hito importante en nuestra vida, ya sea para bien o para mal. Esta vez , era la primera vez de muchas cosas: primera marcha ciclo-turista, mis primeros más de 120 km en bici, mi primera vez sin pensar en la competición. Mi primera QUEBRANTAHUESOS.
Si esa de esa primera vez te llevas una bonita experiencia, ten por seguro, no será la última.
Hoy comparto con vosotros cómo viví una de las marchas cicloturistas más conocidas y exigentes de Europa: La Quebrantahuesos.
A priori, os confieso que no me entusiasmaba para nada la idea de participar en ella. Reconozco que hubiese preferido una camiseta de Zara a una inscripción a La Quebrantahuesos. 200 kilómetros con 4 puertos, así para desayunar; pero bueno; mi chico es así de simpático.?
Tampoco era mi prueba principal de la temporada, de modo que solo podía permitirme centrarme en el triatlón dentro de la vorágine de cambios que estoy sufriendo los últimos meses. Vamos, que mi idea era, como mucho participar en la carrera corta ( 86 km); y si no, simplemente disfrutar de un fin de semana en el Pirineo animando a los amigos tan ricamente. Además, venía e dos pruebas las semanas anteriores muy exigentes: El media distancia de Guadalajara (Cto.España Media Distancia) y el mítico triatlón de Zarautz. ( donde ya competí en 2015).
Venía de las dos últimas competiciones bastante cansada, más el cambio de casa, puesta en marcha de un proyecto personal que me tiene absorbida las 24 horas del día… vamos que, ganas lo que se dice ganas, pocas.
Mis amigos, Lorena, Pedro, ya la habían hecho y repetían este año. Me habían estado animando a lo largo de los meses a hacerla, pero yo seguía reticente. Ya solo con el nombre, “ La Quebrantahuesos” , te impone la idea de recorre 200 kilómetros en bici con 4 fuertes puertos.
El perfil del recorrido y el desnivel son sumamente duros. Jamás antes había hecho más de 120 kilómetros en bici, y mucho menos 200 km. De hecho, la última vez que hice 120km fue el pasado Octubre en el Campeonato de España de Triatlón e Larga Distancia en Ibiza.
En fin, ya acabada la 1ª parte de la temporada de tri, sin mi participación en el de La Rioja por temas de trabajo, a una semana de la marcha empecé a barajar la idea de hacerla.
MARCHA CICLO TURISTA
Como su nombre indica, se trata de hacer turismo sobre tu bici, De conocer lugares y nuevos recorridos a base de pedaladas, con amigos y disfrutando lo máximo posible. Fuera el concepto competitivo y sólo tenía que disfrutar y pedalear sin dejarme la vida.
Bueno, se puede hacer, me decía para auto-convencerme. Podía hacerla con mis amigas Lorena y Marta y disfrutar de la experiencia juntas.
Jose iba con un montón de compañeros de su equipo de triatlón y seguro iban más fuertes que yo. Aún dudaba si sería capaz de aguantar tantísimos kilómetros.
Llegamos el viernes a última hora, tras más horas de coche de las normales por parones debido a un accidente.
Justo a tiempo para recoger los dorsales y dar una vuelta por la feria y comprar cosas de última hora, como productos para la nutrición sobre la marcha; de la marca que uso habitualmente.
Nos encontramos con amigos y eso siempre es una alegría, se respiraba muy buen ambiente.
Nos hospedábamos en un hotel en Panticosa, con el resto de compañeros del equipo de Jose, llegando a sumar hasta 30.
Una cena rica y enseguida a dejar todo listo para el gran día. La marcha empezaba a las 7:15 de la mañana, y esa noche no dormimos nada.
La idea a la mañana siguiente era encontrarme tanto con Lorena y Marta como con Pedro ( aunque él salía en los primeros cajones y la posibilidad de vernos era prácticamente imposible).
LLEGÓ LA HORA: TOCA PEDALEAR
Aquella mañana todo Sabiñánigo estaba lleno de coches y se nos hizo tardísimo para poder estar a tiempo a la hora de salida exacta. Tardamos muchísimo en aparcar ( nota para la próxima: madrugar aún más).
Con esas, contaba no saldría con mis amigas y Jose tampoco con su equipo. Imposible encontrar una buena posición para salir, de manera que tuvimos que quedarnos al final y sonreír.
Y cuando digo al final, es al final. Pasamos por el arco de salida a las 8 a.m. , 45 minutos después de la salida inicial. Para que os hagáis una idea de la magnitud de esta marcha.
El recorrido lo tenía dibujado mentalmente en mi cabeza y colocado en el manillar una pegatina con todo el recorrido que venía en la bolsa del corredor .
Me había dividido la carrera en 4 bloques, correspondientes cada una a cada uno de los puertos.
La idea era pararnos en cada avituallamiento a beber, descansar e ir al baño si fuese necesario.
1ª PARTE DE LA QUEBRANTAHUESOS : SUBIDA A SOMPORT
La salida fue limpia y sin complicaciones. Nos íbamos colocando en grupos y se iba bien. Rápida los primeros kilómetros hasta que empiezas a adentrarte en el Pirineo, en el que dejas las vías rápidas y las carreteras empiezan a serpentear y subir.
Tenía ganas de pasa por Canfranc y ver su hermosa estación, era lo que más me apetecía.
El tiempo era bueno, en esa zona casi diría muy caluroso pero era todo muy bonito.
No me encontraba muy centrada, y pese a que todo era sencillamente espectacular, la subida hasta llegar a Somport y el primer avituallamiento, fue lo que se me hizo más duro.
En el avituallamento me aleje para hacer pis y luego hidratarme y comer bien. Había muchísima gente y mucho ambiente.
Lo bueno de las subidas, además de esa sensación de plenitud una vez alcanzas el punto máximo, es que tienes que bajarlas.
Y tras un parada larga para comer y beber, empezábamos la que sería la bajada más larga ( casi 40 kilómetros). La cogí con ganas. Aunque con cierto miedo, y sin dejar de mover las piernas iba trazando bien las curvas. Iba con manguitos, el chaleco, guantes. La zona estaba muy sombreada y el cambio de temperatura se dejó notar enseguida.
Transcurridos unos 20 minutos mis manos empezaron a dejar de sentir el freno; buscaba resquicios de sol para sentir algo de calor, pero la bajada la empezamos a sufrir debido al frío que sentíamos.Fue un rato en el que lo pasamos bastante mal por el frío que teníamos.
2º TRAMO QUEBRANTAHUESOS : MARIE-BLANQUE
Ya en una zona más llana y realmente preciosa, el sol nos fue eliminando por completo esa sensación fría que llevábamos en el cuerpo. Y enseguida lo notaríamos aún más con la conocida subida al MARIE BLANQUE.
La parte francesa es sencillamente espectacular y con muchísimo público animando también en diversos puntos. Tras un giro encarábamos un camino estrecho que anunciaba el conocido puerto. Una zona más frondosa bañada por árboles enormes que permitía hubiese sombras.
Y allí estábamos, cada uno a su ritmo para subir esos 11 kilómetros de carretera serpenteante.
Ahí estaba, al “ tran tran”, sin prisa y sólo pensando en dar una pedalada tras otra. Cuanto más iba ascendiendo, más lentos pasaban los kilómetros y más común era ver a otros ciclistas caminando empujando la bici. El calor se hacía notar y me caían gotas.
Pero podía subirlo sin tener que echar el pie a tierra. Y entonces, el cartel anunciando que faltaban 4 kilómetros para coronar este pequeño y duro puerto. Y es que realmente empieza a partir del kilómetro 6 esa lucha para subir esos kilómetros al 10 y 11 %.
Se hacía difícil a veces por la gran cantidad d gente que estaba caminando en ese camino tan estrecho.
Y habiendo perdido la noción del tiempo allí estaba, coronando el segundo puerto. “ Bien, ya van dos y casi mitad de recorrido. Hay que dosificar que aún queda la mitad”, me decía.
A pocos kilómetros y con el subidón, llegaba el segundo avituallamiento en una ladera increíblemente bonita y llena de ciclistas. Sabía que mis amigas ya no estarían allí, pese a que estuvieron esperándonos.
Era momento de reponer agua, sales y comer unos sandwiches deliciosos.
Desde luego los avituallamientos de La Quebrantahuesos son excepcionales. Tienes todo tipo de comida rica y sana: frutas frescas, sandwiches de pavo, pollo, galletas, gominolas ( esos azúcares os aseguro el cuerpo los necesitaba muchísimo), y avituallamiento especial para Celíacos y con intolerancias alimenticias .
No os miento si os digo que me puse las botas. De hecho yo creo que acabé con más peso del que empecé. Qué manera de comer.
Aprovechamos a saludar amigos, disfrutar de un buen ratito de estirar las piernas y observar ese paraje impresionante.Y fotito claro.
3ER TRAMO QUEBRANTAHUESOS: LOS 32 KM DE PORTALET.
Nos lo tomamos con muchísima calma ese avituallamiento pero había que continuar.
Poníamos rumbo hacia una nueva bajada que nos vino bien para comenzar a activar las patudas nuevamente y pensar en lo que que nos tocaba aún por hacer.
Los 32 kilómetros desde que empiezas hasta el final, ( que se dice pronto), de la subida al Portalet por el lado francés.
Nuevamente un entorno que me dejaba boquiabierta. Con la lluvia que ha caído este largo invierno, el verde era muy brillante, embalses llenos de agua y muchísimas cascadas que creaban un entorno sencillamente mágico.
Si algo me gustó de los puertos, es la señalización. Cada kilómetro está señalado con el porcentaje de pendiente que tiene.
Para mí me resulta muy útil saber qué voy a hacer, cuánto queda. Voy haciendo la carrera por mini tramos.
Si bien este tercer tramo no es difícil en cuanto a pendiente, lo es mental y físicamente, porque la fatiga empieza a notarse. Más si no te has sabido regular e hidratar y comer bien.
De nuevo, al tran tran en el que en muchos tramos podías subir a plato. Sin pasarse.
Nuevamente, nos adentramos en una zona más frondosa y la subida empieza a complicarse. Tenía en mente el siguiente avituallamiento.
A escasos kilómetros de llegar, me encuentro con mi amigo Pedro. Me sorprendió verlo ahí porque pensaba que estaría llegando casi. Se había quedado acompañando a una amiga. Ver una cara conocida en esos momentos te da la vida.
Avituallamiento 3 y otra vez a comer. Esta vez me puse hasta arriba de sandía. ? Nos tiramos otro buen rato allí estirando piernas, charlando y cogiendo fuerzas. Aún quedaban más de la mitad de kilómetros de subida.
Seguí pedaleando un rato con ellos..Jose iba metros por delante. Me encontraba bien y seguí mi ritmo. Cuanto más cerca estábamos de coronar, el paisaje se iba haciendo más abierto y menos frondoso . Muchísimas altitud y las ganas de llegar a coronar Portalet cada vez eran mayores.
Pasé un avituallamiento pero esta vez no paré.
Y en esos últimos 500 metros de subida hasta la cota máxima, de nuevo, mucha gente animando. ( había unos chicos en furgo con una pata de jamón que me hubiese parado a pedirles si no fuese por las ganas de llegar de una santa vez).
! Bien! Uno más superado. Ligeras molestias en la zona lumbar pero el resto del cuerpo se sentía bien.
Ahora empezaríamos a bajar por una zona muy bacheada, peligrosa ( los que habéis estado en la estación de Formigal sabéis de lo que hablo).
Entonces, Jose sufrió un par de sustos cuando la bici le hizo varios amagos de caer. Puso el modo “ Precaución” y entonces tuvimos que bajar muy despacio. Yo tiré mientras tanto al siguiente avituallamiento.
Sí, volví a parar y volví a comer mientras esperaba a Jose. Rellenamos de agua los bidones y ale, a seguir bajando.No encontramos con Edu, y corito de rigor claro.
Ya no quedaba casi nada. Bueno, al menos eso creía.
4º TRAMO DE LA QUEBRANTAHUESOS: HOZ DE JACA Y RECTA A SABIÑÁNIGO
Y es que cuanto menos quedaba, más largo se me hacía cada kilómetro, pese a la emoción que llebaba dentro. Madre mía, había superado la barrera de los 1 60 kilómetros…algo que jamás había hecho antes.
Acabada la bajada desde la estación de Formigal, haríamos una vuelta por la zona de Panticosa y su preciso embalse. Me sonaba del hotel y sabía que ya estábamos muy cerquita.
Pero miraba mi pegatina y sabía que aún quedaba una “tachuelita maja”.
Hoz de Jaca…la gran subestimada de la marcha. Y no tanto por la pendiente de subida ( porque después de todo lo anterior, casi es lo de menos, pese a esos raspones del 13%); antes bien, por la bajada. Curvas muy cerradas, carretera sinuosa y un asfalto viejo y cubierto de arenilla. Lo que dificultaba el agarre en los giros. Con deciros que en cada curva había colchonetas en los laterales..os podéis hacer una idea.
Ahí íbamos, pese a todo, seguía ensimismada de esos parajes, el color del agua del embalse a esas horas…y mi cuerpo acalorado pero con buenas sensaciones. Volví a ver a Pedro y a Amaya, todos estábamos disfrutando muchísimo de aquello.
Ya quedaba una bajada hasta Sabiñánigo desde Panticosa; unos 13 kilómetros, creo recordar. Los más largos de ese total de 200.
Tenía tantas ganas de llegar que, de pronto, me puse en modo competición de triatlón. Lo más acoplada posible, tratando de ejercer la máxima potencia en los pedales. Encontramos a varios grupitos y nos íbamos colocando dentro de los mismos ( algo que en triatlón de media y larga distancia no está permitido).
Me vine arriba y me puse a adelantar y a tirar hasta que no pudiese más; solo deseaba llegar cuanto antes .
Es increíble lo que llega a ser el cuerpo humano. Tras mil hora sen la bici, de repente se llenó de fuerza y energía para pedalear con ganas.
Y ya vemos Sabiñánigo y visualizo la entrada a meta.
Cual es mi sorpresa que nos mandan circunvalar el pueblo, para meternos por… “ ¿ Qué es eso? ¿ Otra súbdita?, ¿ Estamos de broma o qué? “. Pues no. Para entrar al pueblo antes debemos pasar la prueba final de una súbdita de escasos metros pero que…a esas alturas de toca la moral profundamente.
Bueno, ya estaba, ahora sí…” to´tieso” y a la meta.
Ya estábamos allí. Me sentí sencillamente feliz y entendí una vez más por que hacemos lo que hacemos.
Ahora tocaba reencontrarse con los amigos. Todos los del Kálamos había hecho carreras increíbles y teníamos la euforia por bandera. Me reencontré por fin con Lorena y Marta, muy felices también.
Por estas cosas, esos momentos, experiencias únicas, convivencia con compañeros que son sobre todo amigos… por eso mereció la pena.
Desde luego, una visión diferente que nunca antes había experimentado. El hacer una marcha ciclo turista en sentido estricto. Disfrutando del compañerismo entre corredores, deleitando la vista y los sentidos con esos parajes increíbles,; los sonidos, las sensaciones.; charlando en los avituallamientos…si os digo que se me pasó rápido no os miento.
Acostumbrada a entrenamientos en solitario, en este caso, no hubo lugar a que mi cabeza se distrajese con nada salvo disfrutar de aquello que había tenido la suerte de vivir.
Las primeras veces, sean como sean, nunca se olvidan. Y si son buenas, se repiten seguro.
Con todas y con esas, espero entrenar en un futuro para volver a participar en esta marcha.
Si eres amante el ciclismo y ya la has hecho, espero nos reencontremos el próximo año.
Si no la has hecho ,desde luego totalmente recomendable. Excelente recorrido, excelente organización…y por qué no decirlo, un maillot de esta edición que mola todo.
Gracias amigos por llegar hasta aquí. Os mando un beso enorme ? y en estos momentos estaré en la Bretaña Francesa para disfrutar del ciclismo en estado puro: El Tour de Francia.
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