Ibiza Triatlón Larga Distancia. El pasado domingo cerraba la temporada de triatlón en el Campeonato de España de Triatlón de Larga Distancia. Última prueba puntuable para la Copa de España de Triatlón de Media y Larga Distancia.
Esta vez sí. Sufrí y disfruté compitiendo, me encontré con una mente y cuerpo mucho más fuertes y competitivos, y acabé con ganas de seguir mejorando. Pero sobre todo, acabé feliz. Comparto cómo fueron esos grandes momentos.
Justo hace un año, en la celebración de esta misma prueba, Ibiza Triatlón 2016, el Triatlón Clavería de Móstoles me proponía formar parte de su gran familia para esta temporada de 2017.
No lo dudé ni un segundo. Me motivaba todo: el formar parte de un equipo, sentirme arropada, y aprender de otros compañeros. Al margen de que el triatlón de media y larga distancia es un deporte individual, el sumar puntos para el equipo, ha sido algo que me ha motivado mucho.
PRIMERA PARTE DE LA TEMPORADA
La temporada la arranqué en el Triatlón de Orihuela. La primera prueba de la temporada me pillaba fuera de la forma que me hubiese gustado, pero pese a ello salvé el tipo. Continué con el Half de Pamplona. Esta prueba sería el Campeonato de España de Media distancia, donde logramos el subcampeonato por equipos. Os lo contaba en la crónica del HALF DE PAMPLONA.
Más tarde tocó correr en casa, en el ECOTRIMAD. Una prueba en la que sufrí mucho en la carrera a pie, no hice una buena natación, y me penalizó para el resto de la prueba que no supe pelear bien por el tercer puesto.
SEGUNDA PARTE DE LA TEMPORADA
En verano decidí no competir en más pruebas y centrarme en sacar los entrenamientos adelante entre el trabajo y las vacaciones.
En Septiembre tenía el Ironman 70.3 Cascais, al que llegaba con fuerza, ganas y una mente centrada. Pese al incidente en el segmento de ciclismo, acabé la prueba con una sonrisa y disfrutando muchísimo. Lo malo fue que, por motivo de las heridas tuve que olvidarme de los entrenamientos en piscina hasta pasados 15 días.
Y aquí es cuando llega el final de temporada, cuando el resto están empezando la suya. Deseaba con todas mis ganas competir en Ibiza, pese a conocer la cierta dureza del circuito y el gran nivel de competidoras.
Con 6-7 semanas por delante, había que centrarse en no solo sacar buenos entrenamientos tanto de calidad como de volumen, si no mantener una mente tranquila, segura y fuerte para ser lo más constante posible pese al trabajo.
Enfrentarse a un larga distancia, me infunde un enorme respeto. Por ello, quería y debía llegar no sólo fuerte físicamente, sino mentalmente. Enfrentarte a ti mismo en estas pruebas tan largas y exigentes requiere, desde mi punto de vista, un fuerte entrenamiento mental.
De esta manera, una de mis estrategias seguidas a lo largo de estas semanas, ha sido visualizar la prueba en cada uno de los entrenamientos que he tenido; sobre todo de aquellos en los que primaba el volumen-duración del entrenamiento. Me he tomado cierto tiempo para pensar qué había que trabajar, cómo y porqué en cada una de las sesiones.
No recuerdo cuántas veces he nadado imaginándome mentalmente el recorrido del segmento de natación, haciendo mis cálculos y sensaciones posibles. Lo mismo en los entrenamientos de carrera de hasta dos horas y media. Entrenar sola, sin música, a veces dando vueltas a un circuito de 3 kilómetros cual hámster… eso ha sido una parte vital del entrenamiento para mí.
También he entrenado la parte de nutrición y asimilación de azúcares durante los entrenamientos, lo cual creo que me ayuda a saber cómo mi cuerpo reaccionaría ante el Ibiza triatlón de Larga Distancia.
He revisado los resúmenes del “ Training Peaks”, y las semanas, a lo largo de la temporada, que más entrenamiento ha salido, han sido tres de este último períodos. Con una máximo de 17 horas, incluidas las clases que imparto en el gimnasio.
Aunque a algunos os pueda parecer mucho, os aseguro no lo son. Más si lo comparo con los volúmenes semanales de entrenamiento del resto de mis compañeras. Pero eso no es ninguna excusa, es solo ser consciente de donde estoy y lo he de tener en cuenta.
A priori, sabiendo donde estaba y el punto de partida, era fundamental ser realista, al mismo tiempo que ambiciosa en querer superarme cada vez.
Por otro lado, tras haber completado varias pruebas puntuables en el circuito de la Copa de España de Triatlón media- larga distancia, llegaba a Ibiza en segunda posición. Detrás de mi compi del Clavería Mónica Falgueras. De esta manera, y sabiendo el gran nivel de triatletas con las que competiría en Ibiza, solo deseaba sumar buenos puntos para no quedar muy atrás.
Al lío, que me pongo a describir cada momento y podría no acabar nunca.
Ibiza Triatlón Larga Distancia
Desde el lunes ya comencé a sentir los nervios propios de este tipo de competiciones. A ello, el temor de, al competir en categoría élite, poder entrar en tiempo de corte para puntuar y no ser descalificada.
Os aclaro esto. En categoría élite, el tiempo lo marca la primera clasificada ( mis favoritas eran Anna Noguera y Dolça Ollé). Desde su llegada, hay un margen de un 25 % de su tiempo para entrar en corte.
Los nervios me provocan ciertas contracturas musculares en zona cervical, días en los que no dormí demasiado bien, pero algo que al final es lo normal e imagino nos pasa a la mayoría.
A todo esto, mi mono de competición nuevo ( pues en Cascais destrocé el mío por la caída), no llegó a tiempo. Busqué uno que tenía de color negro y lo llevé a serigrafiar, por si acaso. Finalmente el club tenía uno para este tipo de imprevistos. En todo caso, tenía todo listo desde el miércoles.
Llegamos a Ibiza el viernes antes de comer, tras dar mis clases en el gimnasio como cada viernes.
Nos alojábamos con todo el equipo en el hotel de la organización. Una gozada porque se encontraba justo enfrente de la salida y llegada de la prueba, lo cual facilita infinitamente la logísitica de este tipo de competiciones.
Viernes tranquilo, carrerita de activación de 30 minutos, y pronto a descansar.
El sábado a primera hora, recogí el dorsal y aprovechamos a hacer una salida en bici para mover las piernas y ver parte del circuito ( aunque ya lo conocía de haber estado otros años). Algo que siemrpe recomiendo a todo el mundo, visitar el circuito. Siempre pongo en práctica mis recomendaciones pre-competición.
Es un gustazo estar en este equipo y con compañeros tan increíbles
El sábado transcurrió bastante tranquilo, entre compañeros de equipo, amigos, ver a otros triatletas a los que sigo y me motivan.
La inquietud comenzó cuando se empezaba a escuchar que se valoraba la posibilidad de que la natación fuese sin neopreno para categoría élite, pues el agua estaba a 22.5º. En la reunión técnica, todo según lo previsto.
Entonces empecé a sentir bastante angustia. Sabía qe 2.000 metros, podría aguantarlos, pero 4.000 metros, para alguien que no es nadador, presentía iba a pasar muchísimo frío.
Estuve mucho hablando con María Pujol, y me dijo que estuviese tranquila, que confiara un poquito más.
Y el problema es que, dado que padezco el síndrome de Reynaud, me temía lo peor: salir del agua casi en hipotermia. Sé que 22 grados no es frío, pero os aseguro que cuando ya dejas de sentir los dedos de las manos la sensación es muy desagradable.
Hubo algunas compañeras que se cambiaron a Grupos de Edad. Yo me sentía responsable con mi elección, y pese a que sabía, que iba a sufrir e ir más lenta aún, no quise cambiarme. Había ido a competir y debía asumir la decisión. Bueno, al menos yo lo veo así.
Menos mal que Jose siempre está en todo, y se fue a buscar todo tipo de remedios: Lanolina y Aceite de Coco, para, en caso de prohibir neopreno, embadurnarme con tales aceites. MI compañera Ana, me dejó también un traje trampa, de natación, que sí permiten. Todo ello me dejó más tranquila.
Cené muy pronto y subí a descansar, escuchar música y echarme yo sola unos bailes para calmar los nervios.
Solo quedaba dar lo mejor de mí y disfrutar la prueba tanto como había disfrutado cada uno de los entrenamientos.
DOMINGO 22 6:00 AM:
Jose me despertó para que bajase a desayunar mientras él terminaba de prepararme todas las cosas: bidones, geles, traje etc…
Desayuné tranquila, lo que desayuno siempre. Me sentía con ganas, solo quería empezar cuanto antes.
Enseguida bajé a boxes a revisar la bici, inflar las ruedas, preparar los geles y bidones y..fue entonces cuando, a las 7:20 am nos informan de la temperatura del agua ( la miden una hora antes de la hora de salida), y nos comunican que está a 22 º y que el uso de neopreno está permitido.
De pronto sentí una tranquilidad inmensa. Me enfundé en el neopreno, calenté con un trote suave, movilidad de hombros y enseguida a cámara de llamadas.
SEGMENTO DE NATACIÓN: 4.000 Metros por delante
Allí estábamos, listas para salir 2 minutos después que la élite masculina.
Me planteé el segmento como Jose me indicó, en 3 tramos. Un primero de ir cogiendo confianza y ritmo, un segundo de buscar mejores sensaciones y frecuencia de brazada, y el último para intentar ir un poco más rápido.
Enseguida me empecé a encontrar cómoda. Tenía a mi compañera Mónica nadando a mis pies y eso me tranquilizaba. Apenas había oleaje, salvo detrás de la famosa Isla de las Ratas que había que bordear. Nadando juntas, tenía una buena referencia y salíamos del agua a por la segunda vuelta juntas. Me encontraba bien, sin contratiempos y manteniendo un ritmo sostenido.
En la segunda vuelta encontramos más oleaje además de un grupo de chicos que me abrumó un poco. Pero ya no quedaba nada iba pensando. Recordaba esos entrenameitnos en piscina largos, y sabía que 1.500 metros los podía hacer sin problema.
A ritmito. Cada vez más cerca de finalizar el segmento, empecé a batir más las piernas para mandarlas algo de sangre porque estaban empezando a dormirse. Aumentamos el ritmo un poco para llegar lo antes posible a la zona de transición.
Ahí estaba, 4.000 metros. No miré el tiempo. Me limité a hacer una transición lo más rápida posible aprovechando que me sentía bien.
SEGMENTO DE CICLISMO: 120 KM SUBE QUE TE SUBE
Recorriendo el largo pasillo de la transición, escucho al “Speaker” de la prueba. Me estaba nombrando, al blog, la web, a lo que me dedicaba. Me hizo esbozar una sonrisa de cachondeo.
Al salir de la transición veo a Jose que me grita que he hecho una buena natación, lo cual me hace sonreir aún más.
Me enfrentaba a 120 km en un circuito más para la bici de ruta que para la cabra. Carreteras con un pavimento desastroso, mucha subida, curvas, algunas peligrosas…Sabía era una bici para ir con precaución y con cabeza claro, que luego había que bajarse a correr.
El circuito era de unos 59 km, y teníamos que hacer dos vueltas. Comer, beber e ir manteniendo ritmos sin pasarme.
Voy sin potenciómetro, y tampoco llevaba la banda del pulsómetro. Por sensaciones y referencias de otros corredores. Hasta pasados 35 minutos no empiezo a encontrarme medianamente bien. sentía una fuerte pesadez en las piernas, el glúteo parecía dormido y me costaba encontrar una buena cadencia.
Poco a poco, centrada en mi carrera, comencé a tener mejores sensaciones. Iba siguiendo todas y cada una de las pautas de Jose en lo relativo a la suplementación y muy concentrada en mi carrera.
Fotografía de Jon Izeta
Primera vuelta en la que en el punto de giro está toda la familia del Clavería animando y ver a Jose, fue el punto de calma que necesitaba.
La segunda vuelta, quería hacerla un poco más viva sin tirar en exceso de fuerza muscular en las subidas pero sí aumentando la cadencia.
Sorprendentemente, se me pasó muy rápida. Tenía referencia de otros compañeros, e iba mantenienndo las distancias, lo cual me hacía sentirme más segura de mi misma y de cómo lo estaba haciendo.
” Venga Isa, ya solo 30 km de carrera pie. Tranquila que lo has entrenado”. Es lo que me repetía a modo de mantra en los últimos 10 km del segmento ciclista.
La transición creo que la hice rápida también, unos 2 minutos. Dejé la bici. Fui a la carpa, me calcé las zapas, cogí la visera, las sales y un gel y a correr.
SEGMENTO CARRERA A PIE: 30 KM PASITO A PASITO
Fotografía de Jon Izeta
El circuito de la carrera pie también lo conocía bien. una vuelta de 10 km con alguna parte divertida de subida al castillo por su suelo empedrado, sube-baja por un camino de tierra y piedras, pero el 90 % del segmento era por asfalto- calzada.
Tenía mi ritmo marcado en la cabeza, como interiorizado. No debía pasarme.
Mantuve un ritmo en torno a los 4:55-5:00, con una cadencia alta, me sentía ligera y con buena postura.
Alguna vez vi tiempos más rápidos, y otras menos con los tramos de subida. Me sentía ágil y estaba disfrutando mucho.
Hacía mucho tiempo que no me sentía competitiva. En el sentido de sentirme fuerte, de poder mantener buenas sensaciones y de pelear por hacerlo lo mejor posible.
En la carrera a pie lo bueno es que te vas cruzando con otros compañeros, con gente que te anima. Me alegró mucho saber que mis amigos Pedro y su novia Laura estaba en un punto para darme fuerzas, la familia del Clavería…
Al paso por el km 21 km, me empezó a entrar un bajón no sé por qué. Sentía mi corazón perfecto, mis piernas algo más pesadas, pero fue como un golpeo mental fuerte que me hizo parar a coger aire. Sentí un fuerte nudo de angustia. Me volví a parar. ( Mentalmente iba calculando el tiempo máximo de corte, e iba bien).
En el avituallamiento Jose me da un gel y sigo, intentando encontra run ritmo sostenido de nuevo. Para colmo empiezo a hacerme pis. En fin. Había que llegar al km 25, donde estaba el avituallamiento y punto de giro para encarar los últimos 5 km.
Gracias a mi amigo Raúl, que supo decirme las palabras precisas en el moemnto justo para sacar fuerzas. Otra vez volvía a encontrarme con esas buenas sensaciones y decidí correr mejor lo que quedaba. Me paré a hacer pis porque no podía más; sin más.
Ya no quedaba nada y sentía la spiernas aún con fuerzas para ir en progresión hasta el final. Podía aún alcanzar a mi compañera Mónica que iba por delante.
Fue la alegría, la emoción de sentir que había hecho un buen trabajo la que me empujó a correr más ra´pido los últimos dos kilómetros.
Y allí estaba, feliz pisando esa alfombra en los últimos metros de este triatlon de Ibiza de Larga distancia.
Finalicé en 7 horas 56 minutos (20 minutos menos que la primera vez), con buenas sensaciones y el sentirme segura me hizo valorar muchísimas cosas.
Creo que el camino este último mes ha sido precioso y he aprendido muchas cosas, sobre todo de mi. Me encnataría poder solo entrenar , descansar y comer, pero no me dedico a esto. Es por ello que valoro aún más el trabajo y esfuerzo de todos y cada uno de los triatletas que allí estuvimos.
TRIATLÓN CLAVERÍA CAMPEONAS DE ESPAÑA LARGA DISTANCIA POR EQUIPOS
Mi enhorabuena a Anna Noguera, Campeona de España de Larga distancia por ese carrerón impecable. A María Pujol, Subcampeona de España de Larga Distancia por sus consejos y por brindarme su amistad. A Helene Alberdi, la tercera clasificada.
Y si hay una foto que describa mejor cómo somos y sentimos los triatletas. Aquí el Campeón de España de Larga Distancia, Pablo Dapena, y el Subcampeón de España de Larga Distancia, Emilio Aguayo abrazdo a él en su debut en Larga distancia. Enormes
Fotografía de Jon Izeta
Gracias María , eres muy grande. Mucho que aprender de ti.
A Dolça Ollé por una temporada que sé ha sido difícil pero que par amí sigue siendo una de las mejores triatletas de larga distancia.
Y una temporada en la que tengo que dar las GRACIAS SIEMPRE:
A mis compañer@s del Traitlón Clavería por acogerme en esta gran familia. A mi Anita y Mónica, por ser la smejores compañeras del mundo y que el próximo año sigamos subiendo al podium juntas.
A mi familia por estar siempre, siempre. Ellos son la razón de todo.
A las marcas que han confiado en mi trabajo desde el principio: Orca y Suunto.
A mis amigas Lorena, Dani, Marta y Ruth porque me hacéis sentir especial cada día. También a Esther, mi España, y Fran, por apoyarme y animarme en cada sesión de ciclismo.
A Pedro y Laura, por vuestro apoyo antes y durante la carrera. Gracias infinitas.
A todos y cada uno de vosotros que me leéis, que habéis dedicado unos minutos de vuestro tiempos a escribirme, mandarme mensajes de anímo y cariño…sois sencillamente increíbles.
Y por supuesto, gracias siempre a Jose; la única persona que sabe llevarme, y a la única que sé obedecer en su papel de entrenador. A la persona con l que comparto todo lo que no es triatlón, que me deja ser como soy , me enseña y quiero infinitamente.
Ahora toca desconectar, y escribir sobre una nueva hoja en blanco.
Muchas gracias por leerme. 🙂
Que bien Isa, cuanto me alegro porque te lo mereces muchísimo, por ser una trabajadora nata y vivir lo que haces con tanta pasión.
Besazos enormes.