Muy buenos y soleados días. Sé que el lunes no tenemos todos el ánimo muy arriba tras este fin de semana de solete, por eso hoy os cuento la crónica de lo que fue mi experiencia con mis compañeros de equipo en la primera edición en España de la SPARTAN RACE 12K y unos consejillos para preparar tu póxima carrera de este tipo.
Para los que aún no habéis oído hablar de ella, es una carrera en la que 8.000 locos se pintan las caras como sí fuesen a la guerra, y nunca mejor dicho, se llenan de barro y acaban con heridas de guerra y con el cuerpo hecho un asco. Es una carrera, hay que correr pero también hay que superar una serie de obstáculos si no quieres hacer los 30 ” Burpess” de penalización,(movimiento combinado de una flexión de pecho con salto).Eso sí,muy , muy divertida y recomendable. Eso es la Spartan Race.
El primer día que me enteré que la Spartan Race, llegaba a España, me faltó tiempo para animar a mis compis del gym a formar un equipo e ir. Nos vinimos arriba claro, ya planeábamos los entrenamientos y todo. En esos momentos, estábamos en esa fase de estar hiper motivados.
Con el día a día, por supuesto, no quedamos en grupo para esos entrenos espartanos que se requerían. Vamos que, con un par, cada uno fuimos con lo puesto, pero con muchas ganas de pasarlo bien, esa era la idea central desde el comienzo.
A mí eso de arrastrarse bajo alambradas, subir muros, cuerdas, y hacer el indio o espartano o el burro, pues como que me llamaba mucho la atención :-). Una carrera al más puro estilo militar, me apetecía mucho, y si era con amigos, infinitamente mejor.
Pues llegó el día, el equipo lo formábamos 10, y desde aquí, mandó un beso fortísimo a todos y cada uno de ellos: Elena, Ana, Mayte, Iñaki, Álvaro, David P., David B., Adrián y Mario y a la genial Dani por hacer todas las fotos.
Participamos 8.000 corredores, divididos en tantas de salida de 300. Había dos distancias, 5K y 12K. Nosotros hicimos la de 12K con 21 obstáculos y “putaditas” durante el recorrido.
Ya antes de llegar al arco de salida, había que superar un pequeño muro, el cual muchos pasaban por debajo ( si empezamos así…). Ya listos, en nuestra tanda de salida, los 300, con nuestra cinta con el número de dorsal en la cabeza y las caras pintadas, (gracias al body painting de la organización), como cabras deseando escaparse del redil, el Speaker nos animaba y nosotros nos auto convencíamos de que éramos la bomba gritando al unísono a lo espartano. ” ESPARTANOS, ¿CUÁL ES VUESTRO OFICIO?, AÚ, AÚ, AÚ.
Pues ale, a correr. Vaya panda de frikis que estábamos allí aquel día:-) Dijimos de intentar, al menos al comienzo, ir rápido hasta el primer obstáculo, antes de que se formarán cuellos de botella y esperas.
A los 200 metros ya teníamos unos cuantos muros que trepar unos por arriba y otros por abajo, y a seguir corriendo por un recorrido de subidas y bajadas. Es decir, todo el recorrido fue “rompepiernas”, que para los que no acostumbran a correr, se les hizo muy duro.
A los primeros kilómetros, el grupo de dividió, siendo David P., quien liderara liderara. En mi grupito nos quedamos Mario, David, Iñaki, Adrián y yo, y la idea era ir juntos e ir ayudando en la carrera a los que lo llevaban peor.
Obstáculos: cada cual me gustaba más: trepar por muros cada vez de mayor altura, por una pared de roca ayudados de una red de cuerda, cargar cosas al hombro y recorrer unos metros ( daba igual, ya podían ser ruedas, una piedra que qué sé yo lo que pesaba aquello, cubos con piedras…). Otros eran pequeñas piscinas de barro, que había que saltar si no querías hundirte y llenarte de barro hasta las cejas. El salto se hacía complicado porque el aterrizaje tenía que ser en una pequeña rampa, si no, te escurrías hacia abajo.
Aquí va el consejo consejo número 1: Atarse bien los cordones de las zapatillas si no quieres que éstan se queden en esas piscinas de barro y tengas que buscarlas, y por supuesto,llevar el pie-zapatilla con kilos de barro para continuar la carrera. ( verdaderamente daba penita ver a los que perdían las zapatillas y tenían que buscarlas en esas piscinitas de barro hasta arriba). Yo en una metí la pierna hasta la rodilla 🙂
Otro de los obstáculos o pruebas que más me gustaron fue el pasar las alambradas al más puro estilo guerra del vietnam, vaya. La primera, era en camino de polvo, lo cual se hacía un poco incómodo, y o reptabas bien o el culo podía llevarse un precioso arañazo de las alambradas.
El entorno y recorrido, aunque era un circuito de una única vuelta, se hacía muy cerca del recinto ferial donde se agrupaban las últimas pruebas y las más duras. El recorrido era bonito, mucho sube y baja, como os decía, pero a quien le gusta correr disfruta mucho.
Ya llegados al recinto ferial, esperaban varias pruebas como bajar y subir unas escaleras infinitas con una bolsa pesadísima cargada de aquella manera. En este caso me encontraba fuerte, y esta prueba la hice bastante rápido. Mario y Adrián me esperaban para hacer juntos los último metros y pruebas.
Bajamos las escaleras hacia el recinto y cual es mi sorpresaq que veo la cuerda, esa que hay que trepar y tocar una campanita que hay en la parte superior para superar dicha prueba.
” Madre mía, ¿Por qué? “, en fin, había que hacerlo porque me negaba a hacer 30 burpess (seguidos es una matada), así que, a lo bestia, a subir la cuerda tirando de toda la fuerza que tenía.:-) y lo hice!!! Luego trepar una pared inclinada para pasar por una red que daba un miedito importante.
Tras esta prueba, había que descender por una pared casi vertical. Ahí, ya me entró miedo máximo por si me caía, pero entonces, decidí bajarla de cara a esa pared.
Llegados a este punto, la mayoría de los corredores estábamos cansados, con algo de polvo y barro, pero más o menos apañaditos. Poco iba a durar eso.
Ale, a seguir corriendo, ya solo quedaba la prueba que efectivamente haría que acabáramos con barro hasta en las orejas: pasar el alambrado pero esta vez de barro. Esta prueba parecía no tener final, le sobraban 5 metros, por lo menos, pero ahí lo dábamos todo.
Una penúltima prueba de subir una mini-pared inclinada con cuerda (y todo el barro que los corredores iban dejando, de manera que aquello era una pista de patinaje).”Madre mía, ¿qué bromita era esta?”. Aquí me paré a observar cómo lo hacían el resto de corredores. Todos se escurrían, la cuerda se les escurría de las manos…normal porque estábamos llenitos.
En ese momento recreé el gesto de ponerse el magnesio en las manos, como los gimnastas o en las clases de crossfit, y lo hice con el polvo del suelo. La idea resultó genial. (aquí tenéis otro consejillo je, je, je, ).
Bueno,ya sólo quedaba saltar sobr el fuego y a meta.
Allí llegamos los tres, Mario, Adrián y yo. Ya éramos espartanos y lo habíamos pasado genial. Esperamos a nuestros compis para contarnos las batallitas y esas cosas. Así de limpitos acabamos.
Pasamos un gran momento, los espectadores nos animaban mucho, los espartanos, dentro de nuestro código tácito, nos animábamos y ayudábamos, fue una gran experiencia.
Hasta aquí lo bonito de todo esto, pero no os voy a engañar. A las 48 horas, mi cuerpo era un escombro (igual que los que habíamos cargados al hombro), tuve fiebre y todo, y me dolían hasta las pestañas. Dolor del bueno, y eso que soy una persona medianamente entrenada, no quiero imaginarme cómo acabarían algunos.
¿Quieres ver una Spartan Race? Aquí lo tienes,
Algunos consejos básicos para esta carrera:
– Es una carrera, así que prepárala corriendo: Hay que correr, se mire por donde se mire.
– Tienes que entrenar la agilidad además de la fuerza específica o el trabajo de autocargas.
– Una clase de crossfit a la semana te ayudará a adquirirun grado de fuerza necesario para poder realizar las pruebas de froma segura, rápida y eficar.
– !Ah!, insisto…Corre.
¿ resto?… YOU´LL KNOW AT THE FINISH LINE
En Octubre, tocará Barcelona con 3 nuevas distancias, habrá que estar atentos a la web.
Espero haberos animado un poquito esta mañana de lunes. Besos mil 🙂
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