Buenas a tod@s. Aunque llega con retraso, este nuevo editorial es muy especial, no sólo para mí, sino para ti que me estás leyendo. Con un tono reivindicativo, quiero compartir mi visión sobre la perfección. Creo que no debemos buscar la perfección como fin último. Sino intentar acercarnos a aquello que nos hace ser nosotros mismos. Así que aquí os hago partícipes de mis reflexiones y estaré encantada de que compartáis las vuestras 🙂
Con el descanso competitivo, las clases del postgrado y el trabajo, me he tomado unos días para poner un poco de orden. pero ya estoy con vosotros de nuevo. Como cada mes, nuevo editorial.
Por fin empiezan a llegar mensajes dirigidos a la mujer real. Cuanto menos te lo esperas, aterriza una campaña que nos habla de cómo sobrevivir a las barreras que nosotras mismas nos imponemos.
La nueva campaña de Reebok, cuya imagen es la que fue atleta y hoy día modelo, Gigi Hadid, nos lanza un mensaje que llevábamos tiempo necesitando: Perfect Never. Más allá de estas dos palabras hay mucho que decir. Este lema nos sugiere que la belleza es algo que va infinitamente más allá de las tallas, las formas, y los tamaños… La belleza es ese halo que somos capaces de crear allá donde vamos, a través de nuestros gestos. Siempre que confiemos en nosotros mismos y poniendo la mayor de las pasiones en lo que hacemos.
Ese es mi concepto de belleza, como así lo entiendo, la seguridad en uno mismo para aceptarse como es. ¿Cuál es el tuyo?
Hay una frase de Kurt Cobain que me fascina: “Desear ser otra persona es desperdiciar a quien verdaderamente eres”.
Inmersos en la era digital, en la era del “cuánto más mejor”, en la que todo pasa a una velocidad vertiginosa y estamos expuestos a miles de imágenes a lo largo del día, es fácil dejarse llevar. Parecemos no conformarnos con lo que tenemos, o lo que es peor, con el potencial que tenemos y desconocemos, y por contra, anhelamos la vida que llevan otros. Bueno, el anhelo de querer la vida que otros muestran a través de las redes sociales.
Lo verdaderamente difícil, y creo que es lo determinante de ser uno mismo, es permanecer fiel a tus valores y principios, y mostrarte tal y como eres. Con las cosas buenas, con las muy buenas, pero también con las que no lo son tanto. Sí, todos tenemos días malos, días en los que nos falta motivación, nos enfadamos sin motivo aparente; a veces con nosotros mismos y otras con el resto de seres que nos rodean…
Te resultará paradójico que sea yo quien te esté contando esto cuando una parte de mí está dedicada a las redes sociales, ¿verdad? Verás, no lo es tanto, o al menos el modo que tengo de entenderlo.
Pocas veces suelo mostrar la parte más íntima de mi vida y de mis seres queridos, o la cara con la que me despierto o el pijama que me pongo para dormir. No creo que a nadie le interese lo más mínimo.
Así, trato de transmitiros mis experiencias como deportista y lo poco o mucho que sé como profesional del deporte y el ejercicio físico. Intento aportar cosas que os ayuden o motiven de alguna manera; al mismo tiempo que quiero mostraros que todos somos iguales, sufrimos los mismos problemas, nos alegramos por las mismas cosas, nos enfadamos en las carreras cuando no conseguimos hacer mejor tiempo, nos falta motivación algunos días de entrenamiento. No tengo las fotos más bonitas de Instagram, ni miles de seguidores, y a día de hoy, no es algo que me preocupe realmente. Si te aporto nada, entiendo que no quieras más. Es lo más sensato del mundo. ¿No te parece?
No voy a negar que busco hacer cada cosa lo mejor posible, con la mayor de las pasiones y poniendo todo lo bonito que llevo dentro. Pero tampoco voy a negar que la búsqueda constante por ser perfecta en cada una de las cosas que hago, me llevó, durante mucho tiempo, a estar frustrada permanentemente.
Tampoco hay que ser conformistas (¡ni mucho menos!), porque eso te lleva a ser mediocre. Pero sí tienes que quererte con tus imperfecciones, y sobre todo, buscar la mejora continua como persona y como profesional en aquello que hagas, sin importarte qué dirán los demás. ¿Sabes por qué?, porque no vamos a gustar a todo el mundo, así que no dediques tiempo ni preocupaciones a cosas que están fuera de tu alcance y céntrate en aquello que depende de ti.
Hace poco os escribía en mi cuenta de Instagram que, aunque todo se venda, no todo vale. No te dejes seducir por aquello que no va contigo, sé fuerte, y no te apartes de lo que eres por intentar gustar a todo el mundo. Puede que todos te adoren, pero también puede que no seas capaz de reconocerte por la mañana cuando te mires al espejo. Y eso ya es algo “chungo”.
Sé tú mism@ y ocúpate de aquello que sabes que te hace bien, que te hace irte a la cama con una sonrisa; esfuérzate en ser mejor de lo que fuiste sin perder tu esencia, porque eso es lo que ya te hace diferente. ¿Parecerse a otro?, ¿Para qué? Inspírate o motívate en aquellas personas que sean de verdad y te transmitan algo real, algo sincero. A partir de ahí, deja que esa motivación te lleve a buscar tu mejor versión, y no te detengas nunca en ese proceso. Es lo que en la cultura japonesa denominan “mejora continua”, con el término Kaizen.
La nueva campaña #PerfectNever de Reebok con Gigi Hadid reivindica precisamente esto, y por eso me encanta. Ya sabéis que he trabajado mucho con esta marca a través de sesiones de entrenamiento, y esta vez, desde luego, creo que necesitábamos escuchar algo así. Cuando leí el testimonio de Gigi Hadid me sentí identificada con muchas cosas de las que cuenta, pero hay una frase que resume muy bien lo que es para mi Perfect Never: “La perfección es una barrera. Derríbala” Hay que derribar todo aquello que nos limite. Y el buscar constantemente la perfección es una de esas barreras.
Supongo que todos pasamos por eso en algún momento de nuestra vida, y si has aprendido de ello, entonces algo positivo que te llevas.
En mi caso, también me exigía ser perfecta y buscaba un cuerpo perfecto, fruto de esa obsesión de mi adolescencia de querer ser como Kate Moss (a la vista está que no me parezco ni en pintura). Al final me di cuenta que no estaba más que perdiendo el tiempo, estar triste conmigo misma e insatisfecha, y así no podía gustar a las personas más cercanas a mí.
Pero como de todo se aprende, aprendí a gustarme tal y como soy: con mis manías, con mis kilos de más cuando baja el ritmo de entrenamiento, con mis arruguitas en las comisuras de los labios, con las metidas de pata, y un largo etcétera. Pero también me gusto porque que soy fiel a mis valores, que intento mejorar y aprender cada día, porque que no quiero conformarme con quedarme en el mismo lugar, porque sé pedir perdón cuando no me he portado bien,y porque tengo ganas de superarme constantemente…
Sin lugar a dudas, el deporte y mi pasión hacia todo lo que sea moverse, me llevó a entender que había otras cosas en las que, poniendo pasión, podía hacerlas bien, y además, seguir mejorando y aprendiendo. Por eso también dejé un trabajo en el que la política empresarial era decir “sí” a los jefes, aunque no estuvieras para nada de acuerdo. Eso me supera.
Cuando en el año 2001 me certifiqué como Instructora de Body Pump, y empecé a entrenar en el gimnasio, entonces mi cuerpo fue formándose aún más. Sentía la necesidad de que necesitaba comer más para poder tener energía, y fue a raíz de entonces cuando empecé a comprender que debía comer de todo, mucho y bien.
El triatlón, por otro lado, y porque es algo más reciente, me hace querer superarme en cada sesión de entrenamiento. Me motivan muchas triatletas españolas a las que me fascina verlas en las competiciones. He aprendido a saber dónde estoy y a entender que, dadas las circunstancias, aún puedo ser mejor de lo que era ayer. Pequeños pasos cada día.
El deporte te ayuda a ser más comprometida, más disciplinada, a valorar cada momento y sobre todo, al menos para mí, a conocerme cada vez más. Y eso, de verdad, no tiene precio.
Cuando sabes dónde estás, qué no quieres, y hacia dónde quieres ir, entonces es cuando verdaderamente tienes una fortuna ganada. De manera que mi mensaje es precisamente este: no busques la perfección absoluta, si no búscate a ti.
Este mes de noviembre, después de muchos meses sin parar, con mucho trabajo, tratar de sacar horas que no tengo para hacer al menos una sesión de entrenamiento al día, cumplir con los plazos de entrega de los artículos, crear contenidos, el inicio del posgrado universitario… llega el mes de reinventarse. De tomarme el tiempo necesario para reconocerme de nuevo y buscar la mejor versión. Es esta la razón por la cual estoy un poco ausente en el blog.
¿Qué harás tú? Únete al movimiento #PerfectNever
Conoce más en Reebok #PerfectNever
Nos seguimos por las redes sociales. Italia y Valencia me esperan lso próximos días 🙂
Ama tus imperfecciones
Isabel del Barrio para Reebok #PerfectNever.
hola Isa.
me ha encantado el articulo!! a mi me está pasando lo mismo, soy una persona muy exigente conmigo misma de tal forma, que tengo que ser prefecta, esa idea autoexigente ha llevado a no disfrutar el deporte ni el trabajo porque me he exigido demasiado y he dejado de disfrutar al compararme con el resto de mujeres que parecen que tienen superpoderes y un cuerpo de infarto. Ahora mismo estoy intentado hacer las cosas por placer, para volver a conocerme, poniendo limites y metas pequeñas para poder volver a disfrutar de las pequeñas cosas de la vida pero siempre desde mi imperfección.
un abrazo
Buenos días Maribel,
Me alegro de corazón que te haya gustado el artículo; he querido ser lo más sincera posible. Quizá sea la edad, o que simplemente llega el momento en el que una se da cuenta que tiene que aprender a vivir con lo que tiene y explotar el enorme potencial que tdos llevamos dentro. Y sí, claro que buscamos hacerlo mejor que ayer, sentirnos más guapas por dentro y por fuera..pero creo que debe hacerse d efroma sana, buscando el ser uno mismo y hacer aquello que le haga feliz.
llevo ya varios meses en ese proceso de desintoxicación de estereotipos, y cosas imposibles y..me siento infinitamente mucho mejor.
Un beso enorme linda y a por ello, 🙂
Isabel
Me ha encantado el post, no se como pero yo nunca he sufrido de ” autoexigencia”, aunque siempre he querido y me he esforzado en mejorar sin duda… creo que soy una afortunada! Se donde estoy y se por donde quiero ir quizá aún no sé a dónde quiero llegar… a lo mejor por eso no me frustro. Creo que tengo una gran vida llena de cosas pequeñas …. nada de qué presumir en redes sociales pero quizá si que compartir en petit comité .
Gracias por inspirarnos, de verdad lo haces!
Buenos días Mónica,
eso realmente es la perfección, ¿No te da cuenta?, en ser feliz con lo que uno tiene y ser capaz de hacer las cosas un poquito mejor de lo que lo hicimos ayer.
Gracias de corazón por hacerme saber que os inspiro, de un modo u otro, eso me hace muy muy feliz.
Seguimos sumando entre tod@s.
un beso enorme y feliz semana,
Isa
¡¡Que buen post!! y genial el lema de Reebok.
http://jewelrunner.blogspot.com
Hola María,
Me alegro que te haya gustado.
La verdad es que en ocasiones, necesitamos lemas así que nos hagan recordadr lo mucho que valemos por lo que somos 🙂
Feliz semana,
isa
Hola linda mía, mira , en el instituto teníamos un profesor de filosofía que jamás nos ponía un diez y un día una alumna le reprochó que si examen estaba perfecto y que era merecedora de un sobresaliente a lo que el profesor le respondió : “la perfección no existe, por eso no te daré el sobresaliente ” .
Un besazo enorme; algún miércoles me pasaré aq sea para darte ese besazo personalmente, en cuanto pase la media de este domingo en San Sebastián.
Buenos días Esther,
Qué bonita esa historia del profesor…algo bueno tendría que a día de hoy no lo has olvidado 🙂
Encantada de pasarte a vernos y entrenar con nosotros.
Un beo fuerte y fliz semana 🙂
Isa
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