En esta foto se ve mi cara de felicidad (dentro del sufrimiento que conlleva un maratón…), era el 2019, y fue el último maratón que corrí antes del confinamiento. Elegí prepararlo con la ayuda de Isabel. Fue la primera vez en tener a una entrenadora que seguía mis pasos, y me encantó el proceso, el seguimiento y la posibilidad de tener un plan adaptado a mi nivel y a mis necesidades tantos físicas, como de vida (compaginar entrenos, vida laboral y personal es un tetris continuo).
Al volver a las carreras no he dudado ni un minuto en volver a ponerme en sus manos y no podría haber hecho mejor elección. Sigo aprendiendo la importancia de la técnica, de la planificación, de no estar pendiente siempre de cuantos km se quedan en mi Garmin a final de la semana si no de la calidad del entreno.
Ahora a por otros retos y otro maratón!