Los grupos virtuales llegaron a mi vida de manera repentina como multitud de situaciones durante este extraño 2020. He sido asidua a un gimnasio durante 12 años donde la disciplina fuerte era el ciclo indoor que practicaba 2-3 veces por semana y desde tres años a esta parte, comencé a practicar running con el único asesoramiento de algún amigo atleta federado e informándome a través de internet.
Sin embargo, los grupos virtuales han sido una experiencia deportiva y humana única que recomendaría fervientemente a todo el mundo. No sólo mi estado físico y anímico ha mejorado, además, soy consciente de todo lo que hacemos por qué lo hacemos.
Los grupos me brindaron la oportunidad única de entrenar con dos de los referentes más destacados en el mundo del entrenamiento a nivel nacional (y una maravilla de personas). Los grupos virtuales han ido creciendo exponencialmente en muy poco tiempo dando una amplitud de servicios incomparable con otro tipo de ofertas. Los grupos son mucho más que entrenamiento, es nutrición, formación, atención diaria, abrir horizontes, pertenecer a una comunidad de deportistas en el que he podido descubrir personas fascinantes que de ningún otro hubiera podido coincidir.