Come sano, come limpio. Diría que es una de las frases más usadas en los últimos tiempos para ensalzar la importancia de una nutrición lo más natural posible. Sabemos que lo ideal son productos que van del huerto a la mesa, manteniendo sus propiedades y su naturalidad. Hoy comparto con vosotros mi viaje a Tudela ( Navarra), a la cuna de la marca Florette. Comer sano es cada vez más fácil. Nos vamos de viaje a los huertos Florette.
Y sí os adelanto que, sus vegetales y hortalizas van desde campo a la mesa. Acompáñame en este pequeño tour.
Todo el equipo que viajamos a Navarra. Lo pasamos muy muy bien.
Justo hace una semana, viajaba junto con un maravilloso grupo de personas a la cuna de Florette, a Tudela. Que no nos despiste el nombre de la marca en francés, cuyo origen se debe a uno de los primeros viajes que los fundadores hicieron a Paris, a conocer los mercados de frutas y verduras. Esta marca es 100% made in Spain.
Cuenta con 16 centros de producción en el territorio nacional, con el fin de poder abastecer diariamente a todos los mil puntos de venta a los que distribuyen, para que nosotros tengamos las lechugas bien fresquitas y casi recién cortadas en casa.
Viaje a los Huertos Florette
La idea del viaje es que Florette nos brindaba la oportunidad de conocer de primera mano sus campos, huertos, sistemas de recogida y el proceso de producción desde la recolección (ésta es prácticamente diaria) hasta el envasado y distribución de cada uno de los diferentes tipos de hortalizas y verduras con los que trabajan.
Tras un caluroso viaje, llegamos al Hotel Villamarcilla, en Tudela. Como su nombre indica, una preciosa villa rodeada de flores, y verde. La típica masía de campo en medio de la tranquilidad y el silencio (hasta que llegamos nosotros). Tuvimos un ratito para tomar un café y conocernos entre nosotros. Una de las cosas bonitas de este tipo de experiencias es la posibilidade de conocer a gente diferente, hablar de distintos temas y puntos de vista. Sin duda eniquece muchísimo, y por mi parte, en este viaje conocí a personas maravillosas que me enseñaron muchas cositas y con las que me reí muchísimo durante este viaje a los Huertos de Florette.
Después del café, teníamos un mini taller de zumos naturales. Menos mal que esto es más o menos sencillo, porque si llega a ser cocina las cosa se me da bastante mal. Teníamos además un precioso folleto con diferentes variedades de zumos con los ingredientes de cada uno de ellos, así como todas las frutas, verduras, hortalizas y utensilios encesarios para su preparación.
( Con mis princesas Eli y Gema y la genial Lua con la que me reí muchísimo)
Hicimos 3 tipos diferentes de zumos, con las variedades de los productos de los huertos de Florette .
Este tipo de zumos, con cantidades razonables y adecuadas para la ingesta de una persona, siempre me han resultado muy prácticos de hacer, como os contaba en las recetas de SMOOTHIES PARA DUMMIES.
Para los que nos cuesta más la ingesta de frutas, así como de verdura, son una buena opción o bien entre horas, o como complemento a tu plato principal de proteína.
Sin embargo no hay que abusar con el número de piezas de fruta.
Debemos tener en cuenta que lo recomendado es la ingesta diaria de 5 piezas de frutas y verduras. En ocasiones se entiende que por ser un “ smoothie” con varias piezas de fruta, más zumo natural más verdura, es súper sano. Tened en cuenta que las frutas tiene azúcares, por lo que no es conveniente incluir demasiadas en un mismo zumo; además que pueden cambiar bastante el índice glucémico del producto final.
Esto es, con moderación. Los zumos guardaban proporciones decentes tanto de gramos de fruta como de verduras, sin abusar. Estaban muy ricos, pero ya sabemos que llenan bastante, y aún había que cenar en un ratito.
Después del taller de smoothies, tuvimos un tiempo de descanso en el que seguimos charlando de nuestras cosas y disfrutando de esos momentos de desconexión. ( y nunca mejor dicho porque la wifi apenas funcionaba 🙂 ).
Cenamos todos juntos en la misma villa. Seguimos compartiendo confidencias, anécdotas, risas y esa buena onda que indica que está mereciendo la pena.
VIERNES
A las 7 am desayunaríamos para estar a las 8 en punto como un reloj preparados para visitar el centro neurálgico:el viaje a los huertos de Florette.
Primero fuimos a los campos de siembra, muy cerquita del lugar donde nos encontrábamos. Pese a que la mayoría de las verduras, dada la época, ya habían sido recogidas, aún quedaba una amplia extensión de diferentes tipos de lechugas. Nos estuvieron explicando con todo detalle el proceso de siembra, de mantenimiento así como de recolección de las diferentes variedades.
Para los pequeños brotes, así como otros vegetales usados en la cocina de hoy, considerados superalimentos, destinan otros campos en invernaderos, donde el cuidado por la luz, las temperaturas así como el sistema de recogida es diferente.
En la casa que tiene mi familia en Segovia, siempre hemos tenido un enorme huerto. Antes lo cuidaba mi abuelo, y ahora, aunque más pequeño, lo siguen manteniendo con diferentes frutales y hortalizas.
Y lo cierto es que el sabor, la textura, y el olor es diferente cuando se cultivan sin pesticidas y riegan con el agua natural de la tierra. Del huerto a la mesa. Y eso es lo que pudimos comprobar en este viaje.
Todo lo que recogen directamente entra en una cadena de frío que se mantiene hasta el punto de venta. Este tipo de productos perecederos, como sería la leche fresca, si no se cuida la temperatura se ponen malos en nada y menos.
Después de visitar los huertos e invernaderos, tocaba visitar el centro de producción, y esta vez necesitábamos diferentes medidas de seguridad y un outfit de lo más peculiar. Estábamos todos como para irnos de fiesta.
Como profe de Dirección de Producción y Operaciones que he sido, este tipo de visitas me fascinan. Los controles de calidad son muy estrictos , una pasada, así como todo el proceso de cortado, lavado, selección de hojas, envasados y embajaje. Todas las hojas o piezas que no seleccionan para el envasado, las llevan a las granjas de la zona, para la limentación de los animales de granja, o bien, para la misma tierra. Eso me gustó, porque así no desperdician nada.
Nos comentaron que todo lo que entra diariamente, sale el mismo día a los diferentes puntos de venta. ( en este caso abastecen desde Navarra a la zona norte de la Península). No os podéis imaginar la de bolsas de lechugas, variedades de verdes y demás que podía haber en el almacén.
Pensar que todo ello sale para el consumo, y así cada día, me dio que pensar. No sólo los miles de kilos de verduras y productos Florette que se consumen, sino que los hábitos de consumo están cambiando, para bien.
Os dejo un mini galería con más fotitos 🙂
Comer sano es cada vez más sencillo. En mi caso, Jose y yo consumimos diariamente una parte importante de brotes verdes, espinacas, canónigos y lechugas de hoja muy verde. Tienen más fibra. Me gustan más que las que apenas tienen color verde y la textura es más dura, como de plástico.
Solemos comer y cenar con una fuente enorme de ensaladas verde, con tomates, remolacha, al´gun fruto secos, zanahoria. E imagino que, como nosotros, cada vez son más los que optamos por introducir más frutas, verduras y hortalizas en nuestra nutrición diaria.
Si tengo que comer fuera, hago lo mismo, tampoco suelo complicarme demasiado: mucho verde, algo de pasta, atún, cebolla, tomate en un bol y listo para comer.
Particularmente no soy de salsas porque al final eso suele ser lo que añade azúcares añadidos y calorías a las ensaladas. No hay nada mejor que el aceite de oliva virgen y vinagre, al menos para mí.
Tengo que decir que, comimos varias ensaladas de las que ya vienen preparadas para llevar, y la verdad que son una muy opción para comer sano si careces de tiempo. Siempre es mejor opción que cualquier sándwich de máquina con salsas y patatas fritas delante del ordenador.
Como las salsas que acompañan son opcionales, vienen en una bolsita, aderezas las ensaladas con aceite y vinagre y listo. Comer sano es cada vez más sencillo. Te animo a que tus comidas y cenas se vistan cada vez más de color verde.
Aunque fue un viaje corto, fue intenso, muy divertido pero sobre todo, en el que aprendimos mucho de los productos que consumimos diariamente en casa.
Ahora chicos, ya sabéis, tomad nota. Más verde, más fruta y sobre todo más comer sano.
Quiero agradecer a Florette la oportunidad de esta experiencia de viaje a los huertos de Florette y el habernos cuidado tan bien.
Gracias a Nacho ( @oliteworldblog) por esta foto que me hizo tan bonita.